Características Bodegas Cerrón El Cerrico
En Jumilla, denominación de origen del sureste español, existe una larga tradición vitivinícola. A finales del S. XIX, cada familia tenía su pequeña bodega donde elaboraba 3 ó 4 tinajas para vender. Sin embargo en los años 50, el movimiento cooperativista provoca que el vino pase de hacerse en casa a mezclarse en grandes depósitos. En Fuente Álamo (Albacete), gracias a la altitud y la diversidad de suelos, sus vinos están bien considerados. Pero la familia Cerdán va un paso más allá en defensa del medioambiente y en los años 90, pioneros en el cultivo ecológico, deciden salir de la cooperativa y empezar a hacer sus propios vinos. Hoy la cuarta generación, en manos de Juanjo Cerdán y sus hermanos Lucía y Carlos, sienta la bases de una viticultura al límite y poco productiva que pretende explorar el terruño para obtener la máxima interpretación.
De uno de sus viñedos prefiloxéricos de apenas media hectárea, El Cerrico, nace Bodegas Cerrón El Cerrico. Un vino elaborado con la variedad autóctona airen, plantada en los años 20 a unos 1.000 metros de altitud sobre suelo calcáreo con textura arenosa y presencia de fósiles marinos. Con certificación ecológica, se cultiva con métodos sostenibles y tradicionales, y la biodinámica está al orden del día. Una vez la uva alcanza su momento óptimo de maduración, se vendimia manualmente. Después, en bodega, la vinificación se realiza a partir de una fermentación espontánea de 20 días con sus pieles en tinaja de barro de 450 litros sin control de temperatura y, después, pasa 4 meses en madera y 12 meses más en depósitos de acero inoxidable.
Fruto de la recuperación de una variedad genéticamente desaparecida y de la exploración de los terruños calizos del mediterráneo, Bodegas Cerrón El Cerrico se trata de un soberbio vino blanco de guarda que nos da paso a la Jumilla de nueva generación.





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