Características Pommery Brut Royal
Su idea fue presentar a los ingleses un vino especialmente seco. Era una mujer en un mundo de hombres. A pesar de todo, consiguió elaborar el primer champagne brut que alcanzó el éxito. Ella fue Madame Pommery, creadora y artífice de los champagnes Pommery. Pero ahí no quedó todo. Algunos años más tardes – y siempre adelantada a su tiempo- Madame Pommery también tuvo la idea de convertir las canteras de tizas de época galo-romana (abandonadas cuando el ladrillo y la piedra desplazaron a este material de construcción) en bodegas donde se daban las condiciones ideales para la crianza de sus vinos. El resultado fueron más de 60 fosas de tiza conectadas por más de 18 kilómetros de galería a una profundidad de 30 metros, donde nacen champanes de gran calidad como Pommery Brut Royal.
El origen de todo hay que buscarlo en Pommery Estate, donde se encuentran los mayores viñedos amurallados de la A.O.C. Champagne (al noreste de Francia). En el caso de Pommery Brut Royal, las uvas son elegidas directamente de 40 parcelas seleccionadas en la Côte de Blancs, en la montaña de Reims y en otras áres de la región. Actualmente, esta propiedad está dirigida por el grupo Vranken-Pommery Monopole, quienes siempre se han basado en el respeto por el medio ambiente. Gracias a este principio han conseguido la doble etiqueta «Viticultura sostenible en Champagne» y «Alto valor medioambiental».
El resto del trabajo en Pommery Brut Royal ocurre en la bodega, donde se intentan conseguir el estilo y elegancia natural de Pommery. La uva llega a bodega, donde se encuban para encarar la primer fermentación alcohólica. Con este proceso se consigue un vino tranquilo, no espumoso, que es catalado por los enólogos de la bodega. Tras esto, llega el ensamblaje, un paso clave en este proceso de elaboración que corre a cargo del maestro Clément Pierlot. La importancia de este paso radica en la necesidad de ser fiel al estilo Pommery, intentando conseguir en cada añada el aroma y sabor propios de la casa. De ahí, Pommery Brut Royal pasará a las crayères o bodegas subterráneas, donde comenzarán un proceso de crianza y se producirá la segunda fermentación. Las condiciones en este lugar -donde se retiene la humedad en verano y el calor en invierno-, con una temperatura constante de 10ºC, hacen de estas cuevas un lugar único donde se consigue la espuma y el envejecimiento perfecto. Una vez que las levaduras han consumido todo el azúcar, las lías (o levaduras muertas) se depositan en el cuello de la botella, dando al vino ricos aromas y redondez en boca. Una vez que han pasado los 3 años de crianza, estas lías se retiran mediante un proceso conocido como degüelle. Esto consiste en descorchar la botella, de manera que el carbónico producido durante la segunda fermentación ayuda a expulsar las levaduras muertas. Aunque se intenta hacerlo con la mayor precisión posible, es inevitable que en este proceso se desperdicie un poco del contenido de la botella. De esta forma, para reponer lo vertido, todo el proceso finaliza con el dosage, que consiste en rellenar la botella añadiendo un preparado que se conoce como licor de expedición, que está elaborado con vino y azúcar.





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