Características Quinta de Couselo
Propensas a ser víctimas de los ataques de piratas y corsarios, escasas fueron las construcciones eclesiásticas que se atrevieron a quedarse junto al mar. Una de las pocas que se mantuvo firme fue el monasterio de Santa María de Oia. Una abadía levantada en el año 1132 en la agreste y rocosa costa entre Baiona y A Guarda (Pontevedra), cuya atrevida ubicación fue testigo directo de los temporales del Atlántico y del tránsito de navegantes por delante de su costa. Un paraje extraordinario vinculado estrechamente con el valle de O Rosal, donde los monjes impulsaron el cultivo de la vid. Entre estas propiedades se encontraba la granja da Cheira, la que hoy conocemos como Quinta de Couselo. Una finca que durante los últimos 150 años ha estado en manos de la prestigiosa familia Vicente y que desde 2013 ha pasado a ser propiedad de Grandes Pagos Gallegos de Viticultura Tradicional, un grupo vitivinícola cuyo objetivo es ensalzar las variedades autóctonas gallegas.
Bajo el nombre Quinta de Couselo este grupo gallego presenta un vino blanco elaborado con las variedades albariño, caiño blanco y loureiro. Son cepas plantadas en suelos de origen sedimentario donde se benefician de un microclima especial de influencia atlántica. Perteneciente a la subzona de O Rosal, dentro de la Denominación de Origen Rías Baixas, se respetan las prácticas tradicionales de cultivo y se aplican productos de contacto con el fin de preservar el ecosistema del viñedo. En bodega la uva se despalilla y macera durante una hora y media antes de ser prensada. Después el mosto obtenido fermenta a temperatura controlada y finalmente el vino envejece sobre sus lías finas durante 6 meses.
Original de la tierra gallega donde nace el mejor albariño, Quinta de Couselo es un vino blanco de pura cepa. Todo un patrimonio milenario que, contra viento y marea, sigue lanzando producciones limitadas de lo más emocionantes.





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